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Estas son las vacunas que necesita tu mascota según su estilo de vida

Los  animales de compañía  son, en muchos hogares, un miembro más de la familia. Y como tal hay que protegerlos y cuidar de su salud. Aun...

Los animales de compañía son, en muchos hogares, un miembro más de la familia. Y como tal hay que protegerlos y cuidar de su salud. Aunque en España no existe una legislación firme sobre la vacunación de animales, los centros veterinarios sí trabajan con protocolos genéricos, sobre todo en el caso de perros y gatos. Además, existen varias recomendaciones específicas según el entorno en que vayan a vivir o moverse.
Hace unos meses, se detectó que la corriente antivacunas se extendía de las personas a los animales. Y de la misma forma que hacen los médicos, en el campo de la veterinaria también se desaconseja esta práctica de no inmunizar a las mascotas. Los veterinarios subrayan que las medicinas que se recomiendan fortalecen el sistema inmunitario de las mascotas y, por si esto fuera poco, también evitan que se contagien de enfermedades que en casi toda Europa están controladas, como es el caso de la rabia. En cambio, si dejamos de vacunar enfermedades sobre estas patologías, se acabará esa inmunidad colectiva.

Parvovirus, moquillo, adenovirus o hepatitis

Para todos los perros
Para orientar a los propietarios sobre qué vacunas conviene poner a sus animales de compañía, los hospitales y clínicas veterinarias suelen fijarse en las recomendaciones de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA , en sus siglas en inglés). De ellas se desprende que hay tres vacunas básicas que deberían ponerse a todos los perros: las del parvovirus, el moquillo y el adenovirus o hepatitis.
Los animales de compañía son, en muchos hogares, un miembro más de la familia. Y como tal hay que protegerlos y cuidar de su salud. Aunque en España no existe una legislación firme sobre la vacunación de animales, los centros veterinarios sí trabajan con protocolos genéricos, sobre todo en el caso de perros y gatos. Además, existen varias recomendaciones específicas según el entorno en que vayan a vivir o moverse.
Hace unos meses, se detectó que la corriente antivacunas se extendía de las personas a los animales. Y de la misma forma que hacen los médicos, en el campo de la veterinaria también se desaconseja esta práctica de no inmunizar a las mascotas. Los veterinarios subrayan que las medicinas que se recomiendan fortalecen el sistema inmunitario de las mascotas y, por si esto fuera poco, también evitan que se contagien de enfermedades que en casi toda Europa están controladas, como es el caso de la rabia. En cambio, si dejamos de vacunar enfermedades sobre estas patologías, se acabará esa inmunidad colectiva.

Parvovirus, moquillo, adenovirus o hepatitis

Para todos los perros

Para orientar a los propietarios sobre qué vacunas conviene poner a sus animales de compañía, los hospitales y clínicas veterinarias suelen fijarse en las recomendaciones de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA , en sus siglas en inglés). De ellas se desprende que hay tres vacunas básicas que deberían ponerse a todos los perros: las del parvovirus, el moquillo y el adenovirus o hepatitis.
Estos fármacos, dicen los especialistas, deberían empezar a aplicarse sobre las seis semanas de vida. Después habría que repetir la vacunación cada tres semanas, aproximadamente, hasta que el animal cumpla dieciséis semanas. La veterinaria Mª Cristina López, del Hospital Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), explica por qué es importante mantener esta cronología. “Si sobrepasamos las 16 o 18 semanas de vida, la última vacuna puede inactivarse. Esto pasaría porque la inmunidad pasiva que la madre transmite con la leche materna afecta a la inmunidad de la medicación”.
Las vacunas deben empezar a aplicarse a las 6 semanas de vida y acabar ese primer ciclo antes de las 16 semanas
Una vez los perros son adultos, el protocolo de vacunación cambia. Necesitamos ponerles de nuevo las tres vacunas anteriores cuando cumplen el año de edad, y repetirlo anualmente. Poco a poco, estas repeticiones o recordatorios de vacunación se van espaciando, hasta los tres años, según el riesgo de exposición y las condiciones de vida del animal.
“Hay otras vacunas”, sigue López, “que no están dentro de las tres principales, pero que también son muy recomendables dependiendo del tipo de vida del animal y del dueño”.

Leptospirosis

Para los que hacen mucha vida exterior
De ellas, la primera que destaca es la de la leptospirosis. “Si el animal va a pasear por el bosque, o va a hacer mucha vida en el exterior, esta vacuna es importante”, enfatiza la veterinaria.
Durante los paseos, los perros tienen la costumbre de oler la orina de otros animales, y la leptospira puede transmitirse con este contacto. “Si en cambio se vive en un piso, en una gran ciudad, y casi no se sale, vacunarle o no contra la leptospirosis ya depende de la decisión del propietario”.
Los animales de compañía son, en muchos hogares, un miembro más de la familia. Y como tal hay que protegerlos y cuidar de su salud. Aunque en España no existe una legislación firme sobre la vacunación de animales, los centros veterinarios sí trabajan con protocolos genéricos, sobre todo en el caso de perros y gatos. Además, existen varias recomendaciones específicas según el entorno en que vayan a vivir o moverse.
Hace unos meses, se detectó que la corriente antivacunas se extendía de las personas a los animales. Y de la misma forma que hacen los médicos, en el campo de la veterinaria también se desaconseja esta práctica de no inmunizar a las mascotas. Los veterinarios subrayan que las medicinas que se recomiendan fortalecen el sistema inmunitario de las mascotas y, por si esto fuera poco, también evitan que se contagien de enfermedades que en casi toda Europa están controladas, como es el caso de la rabia. En cambio, si dejamos de vacunar enfermedades sobre estas patologías, se acabará esa inmunidad colectiva.
La vacunación sistemática  de los perros ha permitido que enfermedades como la rabia estén muy controladas
La vacunación sistemática de los perros ha permitido que enfermedades como la rabia estén muy controladas (vgajic / Getty Images)

Parvovirus, moquillo, adenovirus o hepatitis

Para todos los perros

Para orientar a los propietarios sobre qué vacunas conviene poner a sus animales de compañía, los hospitales y clínicas veterinarias suelen fijarse en las recomendaciones de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA , en sus siglas en inglés). De ellas se desprende que hay tres vacunas básicas que deberían ponerse a todos los perros: las del parvovirus, el moquillo y el adenovirus o hepatitis.
Estos fármacos, dicen los especialistas, deberían empezar a aplicarse sobre las seis semanas de vida. Después habría que repetir la vacunación cada tres semanas, aproximadamente, hasta que el animal cumpla dieciséis semanas. La veterinaria Mª Cristina López, del Hospital Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), explica por qué es importante mantener esta cronología. “Si sobrepasamos las 16 o 18 semanas de vida, la última vacuna puede inactivarse. Esto pasaría porque la inmunidad pasiva que la madre transmite con la leche materna afecta a la inmunidad de la medicación”.

Las vacunas deben empezar a aplicarse a las 6 semanas de vida y acabar ese primer ciclo antes de las 16 semanas

Una vez los perros son adultos, el protocolo de vacunación cambia. Necesitamos ponerles de nuevo las tres vacunas anteriores cuando cumplen el año de edad, y repetirlo anualmente. Poco a poco, estas repeticiones o recordatorios de vacunación se van espaciando, hasta los tres años, según el riesgo de exposición y las condiciones de vida del animal.
“Hay otras vacunas”, sigue López, “que no están dentro de las tres principales, pero que también son muy recomendables dependiendo del tipo de vida del animal y del dueño”.

Leptospirosis

Para los que hacen mucha vida exterior

De ellas, la primera que destaca es la de la leptospirosis. “Si el animal va a pasear por el bosque, o va a hacer mucha vida en el exterior, esta vacuna es importante”, enfatiza la veterinaria.
Durante los paseos, los perros tienen la costumbre de oler la orina de otros animales, y la leptospira puede transmitirse con este contacto. “Si en cambio se vive en un piso, en una gran ciudad, y casi no se sale, vacunarle o no contra la leptospirosis ya depende de la decisión del propietario”.

Traqueítis infecciosa

Para los que van a residencias o casas de acogida
El caso de la vacuna contra la traqueítis infecciosa es más específico. Los veterinarios no suelen recomendarla con carácter general, pero sí cuando el animal en cuestión debe ir a protectoras, residencias o casas de acogida, donde estarán en contacto con muchos otros animales. Si estas circunstancias no se dan, entonces se excluye del protocolo habitual de vacunación.

Leishmania

Para los precavidos y los mediterráneos
Otra vacuna que no suele incluirse con carácter general es la que previene la leishmania, pero por motivos distintos a la anterior. “Este tratamiento no implica un 100% de protección, solo ayuda a que existan menos posibilidades de desarrollarla”, señala López. En todo caso, suele aconsejarse a quienes viven en zonas donde el mosquito que la transmite es muy común, sobre todo en la zona mediterránea, porque se trata de una enfermedad que, si se contrate, ocasiona graves problemas al animal. Para maximizar la prevención se recomienda combinar la vacuna con repelentes del mosquito administrados en forma de pipetas o de collares.

Rabia

Obligatoria, salvo en Catalunya, Galicia y País Vasco
En cuanto a la vacuna contra la rabia, su situación en España es bastante peculiar. “Esta es la única vacuna obligatoria, pero tampoco en todas las comunidades”. En Catalunya, Galicia y el País Vasco no hay una ley al respecto, y por tanto no es una medicación rutinaria. “Pero la recomendamos en función de la rutina del propietario. Si viaja mucho a otras comunidades, o incluso si cruza la frontera con Andorra, su perro debe estar vacunado”.